Santa Claus is coming...

Estoy agotado, me duele horrores la espalda, he perdido el apetito y el frío invierno me está aburriendo más de la cuenta pero sueño con que detrás de este convulso final de año me depara un horizonte menos fiero con el que nockear al presente de un contundente adiós. Ayer no hubiera recitado esta frase lapidaria en tono positivo pero hoy me he propuesto joder al destino para ver si así cambian verdaderamente las cosas.

Yo no pierdo la esperanza y a pesar de que las circunstancias hagan que tenga una cara fea y triste (más de lo habitual) creo que si Pepsi es capaz de romper moldes y lanzar un nuevo diseño que casi caricaturiza al anterior (con el increíble presupuesto que deberán destinar para su puesta en marcha) y poner una nueva cara (en principio no muy buena por cierto; parece una imitación; pero nueva si que es), que no podré hacer yo con un presupuesto un pelo más ajustado pero con un solo formato de packaging (mi propio body) al que hacerle un sonado restyling. Tengo 2 chicas con las que afrontar este reto que no me fallarán.

No se trata de recibir asesoramiento de un personal shopper, ni de un cambio de look radical... con pensar rematadamente mejor de lo que realmente me suceda y aplicar el sentido común y el método KISS (Keep It Simple Stupid) creo que podré ir tirando dignamente hasta que el gordo barbudo que viste pijama rojo me traiga un nuevo logo tuneado con el que redecorar mi vida, los niños de San Ildefonso me obsequien con una paga extra sonada o la joint venture de los tres amigotes de oriente me hagan relamer de satisfacción.

Y sino dejaré que las burbujas no se me suban a la cabeza y la cafeína no nuble mis disparatadas ideas.