Con motivo de Halloween, hoy se han sacado de la manga un truco o trato de lo más sucio conmigo. La cosa no iba para nada sobre un divertimento con caramelos, aunque anticipo que a alguno igual se le atraganta el dulce por mucho disfraz halloweenero que se enfunde.
Afortunadamente tengo la integridad profesional y personal suficiente como para no entrar en el juego que pretenden y me limitaré a pronosticar que con los chubascos que se avecinan igual acaban calados de fango y mugre hasta las cejas hasta acontecerse la inmovilización absoluta.
Así que ni truco ni trato, va a ser que conmigo no van a tener ninguna de las 2 cosas.
Por mi parte y por el momento lo más tierno que puedo pregonarles, en esta jornada de celebración otoñal yankie,es darles calabazas (y no precisamente rellenas de cabello de ángel) y recomendarles que se mimetizen con las sonrisas que decoran las típicascucurbitas naranjas para ver si llegan a posibilitar enmascarar sus más que patentes incapacidades.
Feliz Halloween 2010, hoy empieza el primer día del resto de mi vida y a ánimo y actitud no me ganará nadie.
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