Google Analytics

lunes, 4 de octubre de 2010

Buried (enterrado)

El viernes pasado se estrenó Buried (enterrado) y en un ejercicio de valentía (soy muy cagado para las pelis de miedo o claustrofóbicas) me dio por ir a ver la película con mi hermano.

Toda la historia sucede en un ataúd de madera enterrado en la arena.

A rasgos generales me gustó bastante y señalo 4 detalles que me llamaron la atención:

- El final de deja KO por completo (fue encenderse las luces de la sala y poder comprobar la sorpresa generalizada en las caras del resto de espectadores). Lógicamente no lo voy a narrar.

- La banda sonora (canción final con los créditos) es otro shock, roza incluso la burla grotesca. El director español Rodrigo Cortés consigue que el espectador viva casi en primera persona el entierro y que tenga un hueco en el ataud de madera a compartir con el protagonista de la película. Por ello la canción final es como una patada o jarro de agua fría, pues se cierra el telón de manera brusca y como con un audio similar a lo que podrían llegar a ser unas chirigotas en un entierro.

- El inicio de la película es la prueba de choque (si lo superas no hay problema para ver el resto): apenas 1 minuto con la pantalla en negro y los sollozos y respiraciones hiperventiladas del prota.

No te olvidas de que estás en el cine y lo de vivirlo en 1ª persona ya sabemos que es una quimera, aunque sin necesidad de gafas 3D la película consigue que te olvides de que se trata de ficción y que más bien tiendas a considerarlo como un documental. Por mi parte únicamente un "pero", concretamente un plano cenital de la totalidad del ataúd que se va alejando en un lento zoom-out interminable, tan interminable que acaba por deformar el ataúd y lo convierte en una chimenea de madera que crece y crece (para mí, esta secuencia sobra ya que con ello consigue romper y que no te olvides que se trata de una película, de ficción).

- Tremendo uso de product placement (quizás por deformación profesional creo que incluso abusivo). Para una película que sucede en una caja, casi molesta que aparezca en repetidas ocasiones el logotipo del reloj Hamilton, el logotipo del teléfono BlackBerry y el mechero Zippo.

Una película que vale la pena y que te mantiene 90 minutos pegado a la butaca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario