Hace 4 días el ser obamista era indispensable, era ilusionante, era casi obligado... era un modismo y vestía mucho tenerlo agregado bien visible en el facebook como fan, para que tus amigos se agregaran y ayudaran a hacer más grande este efecto bola de nieve en la que se ha convertido su aparición en el escenario mundial.
Con el inicio de la agenda de actividades del nuevo presidente yanki, y a medida que la ola de frío se aleja hacia otras latitudes, tengo la sensación de que la bola se ha ido licuando y que las cosas (como era de esperar) continúan igual de grises y cochambrosas que antes de su cameo. Por el camino se ha sucedido un juramento a trompicones (que se repitió al día siguiente en privado por lo que pudiera pasar), la dimisión de 3 ministros y una nueva era muy cuesta arriba que parece habérsele adjudicado debe liderar a toda costa.
Evidentemente el show acaba de empezar y la cosa para largo pero o mucho cambian las tornas, o si se organizara una rifa para premiar al personaje histórico más bluf , Obama creo que tendría un buen fajo de papeletas para convertirse en un títere don nadie que gozó destacadamente de toda la popularidad necesaria y necesariamente no pudo hacer nada para destacar.
Nadie tiene soluciones milagrosas. Habrá que apretarse el cinturón, eso sí, no sin dejar de ir a La Gola un par o tres de veces al año, eh??
ResponderEliminarSiau, pardalet meu.