La serie
Mad Men causa estragos en USA (colecciona Globos de Oro a pares) y ya está en marcha la tercera temporada.
Aquí está pasando sin pena ni gloria, pero tiempo al tiempo.
Con un
casting acertado y una caracterización y
atrezzo que evoca al pasado pero sin
florituras y excesos, refleja el entorno de las agencias de publicidad de la época dorada de
Madison Avenue de los años 60.
Algún creativo publicitario contemporáneo debe haber caído hipnotizado bajo los tentáculos del look and feel que respira esta serie y se la han sabido vender a Osborne en un par de píldoras gráficas para publicitar su ginegra.
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